Hoy fue la final de la Champions. Y te recordé.

Me acuerdo que meses atrás habías dicho que la íbamos a ver juntos. No importaba quienes llegaran porque ninguno es hincha de ningún equipo europeo, pero en lo que sí coincidíamos era en que nos gustaba el fútbol. Y mucho.

Era una de las cosas que más nos gustaba hacer y mirar.

Pero hoy viste el partido con ella.

No comprendo, ¿eso no era algo nuestro? ¿Algo que solo nosotros compartíamos? ¿Cómo de un momento a otro ya no soy el personaje principal de esta historia, sino que pasé a ser un extra? Ese que ni siquiera se logra distinguir, ese que a nadie le importa.

Me sorprende la rapidez con la que las personas olvidan lo que en su momento juraban amar y recordar para siempre. Cómo olvidan promesas, palabras y secretos que ya no lo son.

Y otra vez quedo deshecha y mi corazón también. Y pasamos otra vez a ser los suplentes de un partido en el que deberíamos haber sido titulares.

Deja un comentario